Es un momento de verdadero desconsuelo aquél en el que te das cuenta de que, aunque tienes tus manías y tus particularidades, eres, básicamente, vulgar. Eres uno más del gran conjunto que forma la humanidad regular, el grueso de los individos regulares. Lo que se dice “ser del montón”.Recientemente aprendí dos cosas de algún modo relacionadas con esto, y que conviene saber para estar preparado para la vida moderna:
1-No puedes andar todo el tiempo esperando que los otros te compadezcan. Durante una mala época es normal, natural y hasta conveniente recibir el consuelo de los demás, pero llega un momento en el que la gente se cansa de tus desgracias. La capacidad de preocuparse por los otros tiene un límite.
2-Nunca vas a tener un sentimiento original, ni más potente que el de cualquier otro. Nunca vas a ser el más desgraciado de la tierra, ni el más enamorado, ni el más feliz. Aunque a tí te parezca que nadie antes puede haber experimentado un sentimiento de tal profundidad, créeme: millones, muchísimos millones de personas lo han hecho. Así que tampoco te enfades si tus textos no reflejan toda la profundidad de tus sentimientos. Primero, porque no dejan de ser sentimientos vulgares. Y segundo, porque siempre habrá álguien que sepa escribir sobre ellos mejor que tú.
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2 comments:
eso del grueso de individuos regulares a mí no me gusta, prefiero pensar que todo el mundo es especial, de una forma o de otra, pero especial al fin y al cabo. me parece que no estoy preparado para la vida moderna (y creo que tampoco quiero estarlo).
¡toma del frasco carrasco!
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